La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un millón de personas consuma el suicidio cada año en todo el mundo. Por tanto, a nivel global los fallecimientos por suicidio superan el número de muertos por conflictos armados, ataques terroristas, o desastres naturales como terremotos. Cerca del 10% de las personas que amenazan o intentan suicidarse finalmente se quitan la vida. Cerca de un tercio de las personas que tratan de suicidarse lo intentarán de nuevo dentro de un período de un año. Cada vez más gente empieza a tener clara la trascendencia de este problema de salud y se demanda más conocimiento y ayuda. El otro post hemos abordado los factores de riesgo y los factores que nos protegen ante un suicidio consumado. Ahora nos centraremos en identificar aquellas señales significativas que nos pueden servir para advertir indicios de ideación suicida y las pautas de actuación más recomendadas.
Antes de continuar es importante que tengamos presente que cuando una persona tiene pensamientos suicidas a menudo más que desear no vivir desea dejar de sufrir y se siente incapaz de superar de otra forma. En esos momentos no puede pensar con claridad, ver alternativas o imaginar un futuro sin sufrimiento. Las señales de alerta que listo a continuación nos han de servir de indicios para estar atentos ante el riesgo de cometer un acto suicida.
SEÑALES DE ALERTA
NOS COMUNICA UN GRAN DOLOR EMOCIONAL QUE QUIERE QUE SE TERMINE Y NO SABE COMO SUPERARLO
Ha verbalizado el deseo de matarse: “Quiero matarme” o “Voy a suicidarme”.
Hace comentarios como: “No seré un problema por mucho tiempo” o “Si me pasa algo, que sepáis que...”.
Nos habla de no poder más con el sufrimiento de su vida.
Expresa sentimientos de soledad y aislamiento.
Comunica el deseo de alejarse de todo y huir.
Expresa sentimientos de impotencia, inutilidad, fracaso, pérdida de autoestima, desesperanza...
APRECIAMOS CAMBIOS EN SUS HABITOS DE AUTOCUIDADO Y RUTINAS.
Han aparecido variaciones en su patrón del sueño, apetito, actividad.
Pierde el interés en su apariencia personal.
Apreciamos cambios radicales en su comportamiento.
Detectamos un distanciamiento de su red social habitual, y pierde interés en sus aficiones, estudios o trabajo.
Aumenta su consumo de bebidas alcohólicas o de drogas.
Corre riesgos innecesarios.
ACTUA COMO SI SE ESTUVIERA DESPIDIENDO Y COMO SI QUISIERA MORIRSE
Le da vueltas a problemas que cree que no tienen solución.
Empeora un posible estado de depresión.
Escucha voces que le instruyen a hacer algo peligroso.
Tiene ideas concretas sobre cómo quitarse la vida.
Regala sus posesiones más apreciadas.
Cierra asuntos, visita o llama a personas para despedirse.
Piensa constantemente en la muerte como un medio para no sufrir.
Si TENGO pensamientos suicidas:
-NO ESTAR SOLO: busca a un amigo/a, familiar o profesional de la salud mental y comparte tus pensamientos.
Mantén a mano una lista de personas con las que poder hablar de estas emociones y pensamientos.
Ten a mano un listad de servicios de 24 horas que atiendan estas situaciones.
-RECUERDA: estos pensamientos suelen estar asociados a un problema al que AHORA no le ves solución pero esto no quiere decir necesariamente que no exista solución, solo que puedes necesitar ayuda en encontrarla y valorar alternativas.
- ES TEMPORAL: puedes sentir ahora mismo que este sufrimiento no se acaba pero la ideación suicida es transitoria, temporal, puede durar horas, días o en raras ocasiones, semanas, pero cede y familia y /o profesionales estaremos ahí para ayudarte a manejarlo cuando solo sientas que no puedes.
-Evita tener cerca nada que pueda suponer un peligro para ti.
-Evita el consumo de alcohol, drogas u otras sustancias.
-En caso de autolesionarte, o sentir un deseo inminente de hacerlo, dirígete al Servicio de Urgencias del Hospital o Centro de Salud más próximo o llama al teléfono 112.
Si un FAMILIAR O AMIGO ha intentado suicidarse o presenta ideación suicida como le puedo ayudar:
-Favorece la comunicación sobre los pensamientos suicidas. Expresa tu preocupación y háblale de forma clara y directa sobre el suicidio. PERMITE QUE SE DESAHOGUE. Si te muestras dispuesto a escucharle con empatía, sin juzgar que se sienta así y manteniendo la calma podréis pensar las alternativas posibles.
- Ejercer de memoria (ayudarle a recordar situaciones que ha superado, pautas acordadas con sus profesionales referentes de salud mental, alternativas que anteriormente han funcionado y que puede volver a poner en práctica).
- Valorar su esfuerzo y transmitirle que hace lo que puede: “me alegra que me digas como te sientes, ahora sé cómo te sientes…”. “Sé que te encuentras muy mal y me alegra saber que, aun así, sigues luchando…”.
-Transmitirle confianza. Cuando una persona pierde la confianza en sí misma no le ayudará intuir que sus seres queridos también la han perdido. Si “sabe” que se sigue apostando por él, tendrá más motivación para seguir luchando.
-Explorar la ideación suicida (por qué, cómo, cuándo y para qué). En muchas ocasiones las personas con este diagnóstico quieren “dejar de sufrir”, no “dejar de vivir”, y es importante matizarlo, explicarle que entendemos que se encuentra muy mal y que quiere dejar de sufrir, pero ayudándole a ver que hay otras alternativas.
- Ayúdale a elaborar un Plan de Seguridad para reducir el riesgo de cometer un intento suicida cuando la idea aparezca en su cabeza. Para esto debéis identificar señales de alerta, personas a las que contactar cuando necesario y los contactos de recursos específicos de salud mental que atiendan a estas situaciones y los servicios de urgencias.
-Pueden ser estrategias preventivas adecuadas:
Acudir al Servicio de Urgencias o llamar a su Centro de Salud Mental para hablar de la situación con el profesional referente.
Alejar a la persona de lugares peligrosos y retirar o controlar todos los elementos que puedan suponer un riesgo ya que si ya lo ha intentado alguna vez, es posible que piense en utilizar un método más violento que el anterior.
Estar atentos/as a las señales de alerta y evolución de la mejoría.
No pretender ser la única persona que le ayude e involucrar a otras personas significativas que puedan contribuir a superar esta situación.
Tener claro que los/as profesionales son necesarios/as y no podemos prescindir de ellos/as y por tanto no se debe prometer confidencialidad porque se debe buscar ayuda.