SUPERAR LA VERGÜENZA
Es natural que podamos sentir vergüenza y podamos tener pensamientos negativos en los que nos preocupe lo que los demás piensan de nosotros. Eso no es un problema, el problema es alimentar un bucle negativo en el que tengo un pensamiento negativo respecto a mi capacidad y que los demás se puedan dar cuenta de ello- me siento mal conmigo mismo y con poca estima hacia mi manera de ser y hacer- concluyo que no soy capaz, no valgo y no me planteo hacer aquellas cosas que tienen que ver con mis metas y objetivos por esa vergüenza alimentándola. La clave está en no dejarse llevar por estos pensamientos.
7 Claves para manejar la vergüenza
- Recordar que NO ESTÁS SÓLO: le pasa a todo el mundo y es natura. La diferencia está en la intensidad. Sentir vergüenza no te hace inferior, sólo humano
- Interpretar la emoción de vergüenza como algo que ME PUEDE ACTIVAR. Ser vergonzoso no tiene por qué ser un problema en sí. Como otros emociones tiene su sentido de ser, su utilidad, y es perfectamente adecuado necesitar un tiempo para entrar en calor, coger confianza a personas desconocidas y adaptarse a situaciones nuevas. No en vano hablamos de personas SIN-VERGÜENZA como algo mal visto socialmente e incluso un descalificativo.
Además sentir vergüenza y valentía son (fisiológicamente) lo mismo. Sentir miedo y atrevimiento están provocadas por la misma sustancia: la adrenalina. Fisiológicamente ambas emociones pueden parecerte distintas, pero biológicamente la reacción de tu cuerpo es la misma. La diferencia entre ambas es la interpretación que haces de ello: cuando esperas que algo malo ocurra, te invaden el miedo y la ansiedad. Pero cuando anticipas un final feliz, sonríes de excitación.
- HUYE DE SER PERFECTO. Permítete cometer errores, si lo haces la presión baja y las cosas te saldrán mejor.
- CREE MÁS EN TÍ MISMO. Si no puedes haz “COMO SI” creyeras más en ti y te sintieras seguro (postura erguida, con la cabeza alta, los hombros hacia atrás y los brazos ocupando la mayor amplitud posible). Al hacer esto los demás de verán de esta forma y tu también. Reconoce tu vergüenza y luego actúa a pesar de ella. Si te comportas de manera segura, te sentirás seguro.
- Mostrarte VULNERABLE NO TE HACE MÁS DÉBIL, TE HACE MÁS FUERTE. Distintos estudios (Lieberman, 2012) han demostrado que reconocer una emoción negativa con tus propias palabras puede reducir la intensidad de esa misma emoción. Así es que reconocer tu vergüenza es una de las formas más sencillas de tranquilizarte. Si es obvio que te da vergüenza, es mejor que lo admitas que intentar ocultarlo porque así ya no tendrás que esforzarte en ocultarlo y eso reduce la tensión.
- Desarrolla la AUTOCOMPASIÓN: para reducir la vergüenza es importante que seas más bondados@ contigo mismo.
- El proceso de superar la vergüenza va de DENTRO HACIA FUERA y viceversa. HEMOS DE IRNOS EXPONIENDO GRADUALMENTE.
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